¿Y si el Ser fuera gato?

 

 

Hay momentos en los que la vida te llama a actuar y sin pensarlo mucho, haces lo correcto, lo que suma. Así pasó hace unos días, cuando “Tito” se cruzó en mi camino. Maullaba en la puerta, le vimos ahí solito, “perdido”. Sin titubear lo recibimos en casa. Un hermoso gato gris rayado, con una forma de ser que me dejó muchos aprendizajes y me transmitió un amor muy puro, que ha llegado a mi vida en un momento en el que lo precisaba.

Hace mucho que no me topaba con un felino con un amor tan transparente, rebosante, intenso… y eso que convivo con mucha frecuencia con gatos, de cierta manera nos atraemos mutuamente, a donde voy ahí están. Tito ha sido como un oráculo, un canal de sabiduría, del que recibí mucho. Cuando algo así sucede y como me encanta que se multipliquen las bendiciones, te comparto en esta reflexión algo de lo que Universo me entregó por medio de la convivencia con este ser de luz.

 

¿Y si dejas de correr?

La vida se vive en paz y gozo, solo si te atreves a vivir el instante. Solo aquí, solo ahora. Observa cómo cuando te calmas, cuando respiras más lento, tus preocupaciones pasan a ser algo absolutamente irrelevante y absurdo.

Mira cómo te sonríe el corazón cuando pausas y te conectas con algo que te ayuda a sentirte más relajada. Y si para llegar a esa calma has de dejar salir algunas lágrimas, entonces que surjan y que te ayuden a soltar eso que has ido atorando en tu pecho, por haber estado haciéndote la fuerte, la que todo lo puede aguantar y sin chistar.

Eres humana en este ciclo vital, y si quieres avanzar en tu camino de luz, te toca aceptar tus emociones y hacer las paces con su vaivén, como parte del gran regalo que te diste al encarnar en esta forma de dos patas y con un inmenso corazón.

 

¿Y si te abres a disfrutar más?

Ya sabes lo que te hace bien, lo que te ayuda a vivir más feliz y expandida. Porque alguna vez ya lo has experimentado. ¿Y si dejas de decir y pensar que no sabes cómo lograr vivir en dicha, armonía y conectada a lo deseas de corazón?

Prueba reencontrarte con esos lugares, elementos, personas que te hacen ronronear. Y, sobre todo, date el chance de amigarte más contigo, abre tu corazón a disfrutarte en soledad. Ser independiente y soltar tus apegos hasta liberarte, es una de tus lecciones humanas más importantes. Deja de posponerla.

Vas sintiendo las emociones y energías de todos, confundiéndote en tu camino, porque no te has dejado de comportar como una esponja. Sin embargo, eres totalmente capaz de recuperar tu soberanía emocional, pero si has olvidado cómo, recuerda como le hacías cuando eras gato, o pregúntale a uno.

 

¿Y si regresas al equilibrio?

Observa como todo se vuelve más fácil cuando dejas de darle mil vueltas a las cosas. Cuando dejas de tomarte todo tan personal. Cuando recuerdas el gran potencial divino de todos. Suelta la escasez de visión para con lo que te rodea. Todo es posible, entonces lo bueno y lo óptimo también.

Gestiona tu energía vital, para poder compartir más y mejor. Bríndate momentos para solamente ser, de bien dormir, de contemplar, de moverte, de jugar, de reír, de convivir. El hacer ya lo tienes, y le dedicas más de lo que realmente necesitarías para iluminar tu mundo.

Eres un canal de amor, entonces ¿por qué lo cierras? Nadie viaja libre de heridas ni de un pasado. Sigue siendo generosa e incluyéndote en este amor, para vivir a plenitud eso que ERES: canal humano del Espíritu Infinito. Si te duele dar, revisa en tu interior, ve sin temor hacia aquello que has de continuar soltando, perdonando(te) y transmutando; solo si atraviesas tus sombras expandirás tu Luz.

 

Este episodio gatuno tiene un final feliz y una lección de oro añadida. Después de varios días regalándonos tanto, como por diversos motivos no pudimos quedárnoslo, Tito encontró un nuevo hogar tras una sabia inspección de su parte, de quiénes serían abiertos a su amor y respetuosos de su presencia. Porque el amor se da libre y generosamente, sí, pero cumple de forma más armónica su propósito, cuando los corazones ya han pactado reencontrarse y corresponderse en la misma medida.

 

¿Y si permitieras fluir plenamente el amor desde tu corazón, como te sentirías?

¿Y si te abrieras a dar y recibir lo bueno, sin importar las formas ni apariencias, cómo sería tu vida?

 

Te invito a compartir tu reflexión y a comentar si algo de estas líneas te ha resonado. Gracias.

¡Bendiciones!

Un comentario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Acepto la política de privacidad *

Otros artículos de interés